Odio.

una de las peores situaciones ante la que cualquier persona se puede encontrar no es el odio, ni la rabia contenida, ni la ira, ni que te miren de forma desafiante, es la indiferencia, es mirar a unos ojos que no te digan nada, es hablar por hablar con alguien sin estar prestando atención de las palabras que dices, es sentir soledad teniendo a alguien al lado, como si fuese invisible.

nada es igual.

me duele, y nadie se imagina cuánto. Ya no es un sentimiento, es un estado. No me siento sola, estoy sola. La gente que se suponía que debería estar conmigo, hoy no lo está. Desaparecen, no contestan llamadas ni mensajes, no responden ante mis gritos desesperados de auxilio.

;

soy muy cerrada, tengo la manía de guardarme todo para mí. Me cuesta mucho compartir mis problemas con alguien. Prefiero callármelo y sufrir en silencio y esperar a que todo se solucione o por lo menos, que el dolor disminuya.

relajarse.

todos tenemos formas de relajarnos, unos fuman, otros se emborrachan, otros leen para sumergirse en un mundo de fantasías, otros se pierden en la música, otros escriben, y otros lloran, justo antes de dormir, cuando nadie los ve.

adolescencia.

me dijeron que la adolescencia seria inolvidable, y tenían razón. Nunca olvidaré las incontables veces que me sentí sola, muerta, vacía, defraudada, desesperada, ahogada, ridícula, insignificante; eso no se olvida.

.

detrás de mi sonrisa hay un dolor que golpea, no soy gran cosa, no tengo nada en especial. Mi mirada no expresa nada. Por la noche mi mente juega conmigo… por las noches aparecen cicatrices que de día oculto y esto me está matando… poco a poco

días.

malditos días en los que siento que no valgo nada para nadie, en los que siento que todo el mundo me ignora, que me tratan mal, que les caigo mal, o hasta siento que les doy igual a alguna personas que para mí lo son todo.